Por Juan Petruccelli
Quizás un empate ante Lanús no cambiaba el intento de renuncia de Borghi. La decisión va más allá de un resultado futbolístico. Pese a que aclara que ve entrega y convencimiento, no encuentra respuestas.
¿De los dirigentes?, negativo.Con el presidente a la cabeza, le imploraron por su continuidad. Ameal lo llevó en su auto particular hacia su domicilio y le pidió que recapacite.
Estos mismos dirigentes que, pese a no creer en Borghi como la primera opción para calzarse el buzo en diciembre pasado, una vez firmado el contrato le incorporaron al equipo lo que pidió.
¿De la gente?, menos. Mientras los planteles de Alves, Pompey y hasta de Basile se fueron insultados, este viene sobreviviendo. Todo Boca espera que el equipo mejore. En infinidad de encuestas lanzadas por diferentes sitios web, los hinchas le manifiestas el respaldo al "bichi".
¿De la familia?, jamás. Tal como lo aclaró el mismo Borghi, "hablé con mi señora y mi hijo, me dieron todo su apoyo. También llamé a mi hija que está en Chile, y lo mismo". Además, en la conferencia de prensa de este mediodía mencionó: "Nosotros, los que estamos en el ambiente del fútbol, somos muy ingratos con nuestra familia. Ganamos y llegamos a cualquier hora, pero cuando perdemos, lo primero que hacemos es ir a nuestro hogar".
¿De los jugadores?, el los banca. Nombra a Palermo como su termómetro. Menciona que lo ve primero en las filas y contagiando. Terminado el último partido, referentes como el mismo Martín, Cellay y Battaglia se encerraron con Borghi para brindarles su apoyo y pedirle por su continuidad.
Pese a las muestras de afecto y los intentos por retenerlo, los jugadores tienen un solo lugar para bancar a Borghi, EL CAMPO DE JUEGO. Sin tanta palabra y con más demostraciones feacientes que generen buenos resultados deportivos, el "bichi" será el entrenador xeneize por un largo tiempo.
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